Como el tema es largo y complejo, pero no especialmente vinculante para quienes se acerquen a este blog, hemos de dar por sentado un hecho en el que la inmensa mayoría de especialistas, creyentes y no creyentes, están de acuerdo más allá de las interpolaciones cristianas de determinados pasajes de historiadores contemporáneos al inicio del cristianismo (como en el Testimonio flaviano de Flavio Josefo): la realidad de Jesús como personaje histórico.
Partiendo de esta base, es necesario tener en cuenta determinados criterios para poder valorar con lógica qué pasajes de los evangelios provienen o no de la persona de Jesús sin ser añadidos posteriores de la comunidad cristiana. Estos criterios son los que tendremos en cuenta en las entradas del blog y a los que haremos referencia en alguna que otra ocasión.
CRITERIOS CLÁSICOS.
1. El criterio de atestación múltiple.
Se puede considerar como auténtico un dato evangélico sólidamente atestado por todas las fuentes de los evangelios (o por la mayor parte) y por otros escritos del Nuevo Testamento. El criterio tiene mayor peso si el dato se encuentra en formas literarias diferentes, atestadas a su vez en fuentes múltiples, como es el caso, por ejemplo, de la simpatía y misericordia de Jesús hacia los pecadores (en parábolas, controversias, relatos de milagros, relatos de vocación, citados en todas las fuentes de los evangelios).
2. El criterio de discontinuidad o desemejanza.
El acuerdo sobre este criterio no es unánime pues puede llevar a la extrapolación de Jesús de su contexto histórico. Debe de ser complementario a otros criterios. Se puede considerar como auténtico un dato evangélico (sobre todo palabras y actitudes, de Jesús) cuando es irreductible a concepciones de la Iglesia primitiva, pero no necesariamente a concepciones del judaísmo. Así, la expresión Abba, empleada por Jesús, es algo inaudito y muestra una relación única con Dios. Su actitud ante la ley se dirige al espíritu de ésta y no a la observancia y detalles externos (sábado, purificaciones legales). Igualmente su visión del Reino difiere de la del mundo judío.
3. Criterio de dificultad.
Se centra en acciones o dichos de Jesús que hubieran podido chocar o crear dificultades a la Iglesia primitiva, o debilitarla en las disputas con sus oponentes. Es altamente improbable que la Iglesia se esforzase en crear algo que le iba a resultar embarazoso. Los mejores ejemplos son la crucifixión o el bautismo de Jesús.
4. El criterio de explicación necesaria.
Si delante de un conjunto considerable de hechos o de datos que exigen una explicación coherente y suficiente, se ofrece una explicación que alcance y agrupe en armonía a todos estos elementos, podemos concluir que estamos en presencia de un dato auténtico. Este criterio permite establecer las grandes líneas de la vida de Jesús: su éxito inicial, su ruptura con Galilea, su actividad en Jerusalén, su ruptura con el pueblo, la atención que dedica a los discípulos.
CRITERIOS ACTUALES
Desde comienzos de los años 80 se ha ido desarrollando una nueva tendencia en la investigación del Jesús histórico conocida como «Tercera búsqueda del Jesús histórico».
Metodológicamente se rechaza la forma en que la exégesis anterior aplicó el criterio de Desemejanza. La propuesta alternativa mejor sistematizada es el Criterio de Plausibilidad Histórica de Gerd Theissen.
1. Criterio de Plausibilidad Histórica.
Aquella información sobre Jesús que es plausible en el contexto judío y permite comprender la génesis del Cristianismo primitivo, puede ser histórica.
Es una aplicación particular del tipo de explicación causal que utiliza la Ciencia Histórica: considera la figura de Jesús como el eslabón histórico necesario para entender el nacimiento del Cristianismo a partir del Judaísmo del S.I.
2. Criterios parciales (con menor grado de plausibilidad).
-
Criterio de Plausibilidad Contextual: Las tradiciones sobre Jesús poseen plausibilidad contextual histórica si encajan en su contexto judío y se pueden identificar como fenómenos individuales dentro del mismo.
- Criterio de Plausibilidad Efectual: Las tradiciones sobre Jesús poseen plausibilidad histórica efectual si se pueden entender como efectos de su vida.
Estos dos criterios parciales integran versiones más o menos modificadas de los criterios clásicos.
-
Criterio de Desemejanza respecto al Judaísmo modificado: es contextualmente plausible un testimonio sobre Jesús que afirme su confrontación con ciertos elementos o corrientes del Judaísmo contemporáneo siempre que se pueda entender como caso individual de las innovaciones, divergencias y tensiones existentes dentro del propio contexto cultural judío del S.I.
-
El Criterio de Coherencia debe ser conservado siempre como una exigencia de lógica interna en el conjunto de toda la información sobre Jesús considerada como auténtica. Es adecuado extender su aplicación exigiendo que la vida de Jesús sea también coherente con la situación y posibilidades de su contexto histórico y cultural. Con esta modificación se puede considerar incluido en el criterio de plausibilidad contextual.
-
Criterio de Desemejanza respecto al Cristianismo: un testimonio sobre Jesús no derivable de las prácticas y doctrinas de la Iglesia primitiva puede ser considerado efecto de la vida de Jesús sobre el Cristianismo en tanto en cuanto forma parte de la tradición conservada. Su transmisión incómoda o inútil prueba, sin embargo, la continuidad existente entre el movimiento cristiano y su fundador.
-
Criterio del Testimonio Múltiple: es un caso del criterio de plausibilidad efectual porque la multiplicidad de tradiciones independientes que apoyan un mismo testimonio aumenta la probabilidad de que sea un efecto de la vida de Jesús y no el resultado de tendencias internas del Cristianismo primitivo.